jueves, 1 de septiembre de 2011

Una historia


Llevaban menos de un mes y parecía que se conocían desde hace años, parecía que eran compañeros de curso desde años, estaban sentados en una plaza, la única plaza que tenía la pequeña ciudad en la que vivían, horas antes ella desde facebook le había comentado la idea de juntarse para hacer la cimarra, ella era floja, repitente, no tomaba los estudios muy en serio; él en cambio estaba en cuatro medio y tenía otras metas, otras preocupaciones, otros intereses, pero por esa vez no le molestó faltar a dichas obligaciones.
Intercambiaron número y se juntaron en la esquina del liceo, se saludaron, ella muy nerviosa, había estado todo el camino pensando que hacer o que decir sabía que para ese entonces era bastante complicada.
Llegaron a la plaza y decidieron sentarse en una banca bajo unos árboles, pasaron minutos ahi hasta que ella en su plena libertad decidió apoyar su espalda en el brazo de él...

- Te gusta él - le dijo mirándola con cara de no importarle
- ¡Estás loco! - respondió ella - Es horrible, simplemente es mi tonto compañero de curso
- Entonces tú le gustas a él - le dijo con tono de burla
- Cállate - le respondió ella con voz de espanto - A mi me gusta otra persona.
- ¿En serio? y ¿quién?
- Alguien... - Contesto ella, cuando lo único que quería era gritarle en la cara que era él para que deje de molestarla de una vez por todas.
- Tengo frío, ¿sabias que por medio del roce de las manos se pasa calor? me lo enseñaron en física - dijo ella sonriendo.

Él solamente río con el comentario y le tendió la mano para darle el calor, típica excusa que no era tan ilusa al final de todo, ella sonrió y le tomó la mano sintiendo que sus cachetes comenzaban a colorearse, entonces decidió juntar su cara a la de él para no hacerlo tan notorio, después de todo lo último que quería relucir esa su fácil bajón a la verguenza.

- Me tengo que ir, se supone que a esta hora salí de clases
- Si yo debo llegar a estudiar - mencionó ella, cuando sabía que eso no lo hacía ni los domingos
- Entonces vamos, te voy a dejar por aquí cerca ¿bueno?
- ¡Ya! vamos entonces.

Se paró y mientras acomodaba su falta el comenzó a caminar, ella se apuró y puso su mano por encima de la mochila para abrazarlo, él la miró y sonrió tomándola por la espalda para caminar juntos, ella sabía que era raro pues no sentía nada de lo que en ese momento sentía hace tanto tiempo, se sentía tan feliz y segura, pero para ese entonces eran solo amigos y pensaba que hasta el momento se quedaba ahí y ya....

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