Solía saber mucho sobre apariencias, era bastante preocupada por si misma y por nada del mundo podía desteñir frente a las personas, se acomplejaba con facilidad, pero con facilidad también sabía salir del paso, era muy poco superficial para este entonces, porque hace un tiempo atrás se dio cuenta que lo más importante no era lo superficial, ni lo que se apreciaba al exterior de las personas, sino que al final se apreciaba lo interno.
Creía que no sabía nada, o eso intentaba aparentar, pero en el fondo sabía mucho, el problema era que no le interesaba demostrarlo. Sabía ponerse en todos los casos, sabía aparentar, sabía disimular, sabía llorar por todo y por nada, sabía guardar su sencibilidad muy pocas veces, pero por sobre todo sabía dejar en claro que era una persona bastante mimada.
Era una niña bastante inmadura, jamás sabía lo que quería ni mucho menos para donde iba, muy pocas personas solían tener la paciencia que se necesitaba tener con ella, era una persona bastante insoportable, era como una especie de volcán que al explotar no dejaba nada dentro, era bastante vanidosa y eso la hacía odiosa.
No sabía sociabilizar con mujeres, siempre caía mal, siempre tenía una actitud cortante, tenía muy pocas amigas y al tiempo con todas terminaba peleando, con todas menos con una que se seguían por años, solía sociabilizar mucho mejor con hombres porque no eran envidiosos ni le hacían jugar malas pasadas entre si.
Era un tanto tranquila, mientras dormía porque en el día necesitaba estar haciendo algo, moviéndose, excepto cuando se deprimía y no le daban ganas de nada. Solía llegar a todos los extremos, agrandar las cosas por muy pequeñas que sean, enojarse por todo, ser tierna y tranquila cuando de verdad se lo proponía, jamás le fallaría a las personas que de verdad quería, le dolía que no confiaran en ella, que sintieran inseguridad hacia ella sabiendo desde el interior que jamás fallaría y que jamás fallará, que de los errores se aprenden y que esas cosas no deben pasar.
Tomaba poco y nada, de vez en cuando sabia que con tres cervezas se curaba, sabia que con unos sorvitos de ron se le dormía la boca y comenzaba a marearse rápidamente, sabía que el pisco le pasaba la cuenta más temprano que tarde y que la poca costumbre no la dejaba convivir entre si, jamás fumaba sabía que el olor a cigarro en la boca de una mujer era lo más repugnante que podía existir y que ni con 10 chicles en la boca podría disimular, jamás usaría drogas iba contra sus principios, lo veía como algo malo, siempre se lo habían indicado como algo malo, solía asociarlo siempre con el robo, robar es tan malo como consumir drogas, solía asociarlo y sabías que si era delito una entonces también era delito la otra.
Sensible como nadie, con un corazón pequeño por tantas traiciones que luego supo hincharse de amor, con varias heridas entre medio, pero que ya iban a curar, solía ser buena cuando quería, una terrible persona cuando se lo proponía, jamás hubiese pensado que dentro de esa pequeña cabeza podría existir tanta maldad cuando algo le parecía mal.
La hijita de mamá y papá, de tías y abuelas, a la que nada le podía pasar, la que todo lo debía hacer bien, la que se olvidó de eso cuando repitió dos veces de curso, a la que NADIE por nada del mundo podía hacer llorar porque esa era la peor persona que podía existir, la que no debía andar sola porque allá afuera todo solía ser peligroso, sobre todo por las noches, la que debía saber bien que comer y que no, como vestirse y como no, que decir y que no, con quien juntarse y con quien realmente no.
Sabia de todo un poco, sabia de todo menos perder la esperanza, sabia de marcas y salidas raras, sabía de muñecas, de famosas, de ropas al detalle, de colores, de aros, de novelas, de programas, de series, de inglés, de lenguaje, de tecnología, de sociabilizar, sabía de muchas cosas, menos dejar de querer a una persona... ♥
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